Valle de Zaragoza, Chihuahua

A 160 kilómetros de la ciudad de Chihuahua, se localiza Valle de Zaragoza, una localidad cuyos inicios se remontan a la época virreinal y que obtiene su nombre al estar establecido sobre un valle a las orillas del Río Conchos. El apellido, es un tributo al general Ignacio Zaragoza, así lo cuentan sus habitantes.

Con árboles tan antiguos como sus edificaciones, la llamada inicialmente región del Pilar de Conchos, cuenta con una icónica Alameda, por supuesto, repleta de álamos que han sido testigos del paso del tiempo, de sus épocas doradas y eventos decisivos en la historia de nuestro país, como la Revolución Mexicana de 1910.
Su gente relata que Francisco Villa mandó fusilar a los enemigos colgándolos en los álamos más altos de este paseo, que hoy es un área recreativa para familias, con asadores y juegos infantiles donde los fines de semana se convierten en auténticas vacaciones.

Otros cuentan que por el cerro de la mezcalera aún se encuentra enterrado el oro que el general escondió, pero ninguno ha emprendido la misión de búsqueda.

En su lugar, los zaragonenses han encontrado su forma de vida en la ganadería, agricultura y las divisas que su gente envía desde los Estados Unidos a los que se quedaron. Quizás por eso el Valle parece habitado por gente mayor, gente sabia que entiende la tierra y recuerda la historia como si la hubiera protagonizado, tal vez porque así fue.

Hoy, muchos dueños de ranchos como “La Laborcita”, que fuera una hacienda porfirista en el siglo XIX, dedican sus días a preservar sus oficios y continuar en activo, como si en el pueblo la palabra jubilación no tuviera lugar en el diccionario.

Nuestra Señora del Pilar de Conchos
Construida en los años 60, esta iglesia de fachada amarilla y sin ornamentación excesiva, se edificó sobre el panteón antiguo del templo.

Su nombre es un tributo a Nuestra Señora del Pilar, de Zaragoza en España y fue completado con el nombre del Río Conchos, que aún fluye en las orillas de la ciudad.

La parroquia, por supuesto, tiene su fiesta como otras vírgenes del mismo nombre alrededor del mundo.
Se celebra el 12 de octubre con música y danzas, añadiéndose el espíritu de este pueblo que integra demostraciones ecuestres y puestos en el atrio ofreciendo platillos típicos, donde el olor a tortillas de harina invade la atmósfera.

Fiestas de Santiago y Santa Anna
En el esplendor del verano, cuando el clima caluroso en el Valle de Zaragoza hace que las tardes parezcan haberse creado para disfrutar hasta el último rayo de sol, celebrando una tradición traída desde tierras españolas.

Los días 25 y 26 de julio, son de verdadera fiesta para los habitantes del Valle de Zaragoza, que recrean las hazañas del Apóstol Santiago al defender a los españoles de los “moros”, montado en su caballo blanco y sin mirar atrás.

Así, mientras unos andan a caballo, en el pueblo se escucha la música norteña y la fiesta se replica a lo largo de las casas de su gente. Se realizan jaripeos y bailes de manera simultánea.

En la Alameda, se colocan los carriles para las carreras de caballos, a la sombra de los árboles. La gente se acomoda para tener un buen sitio y no perderse ningún detalle, pues dentro de las fechas, es una de las actividades más esperadas.

Si estás de visita durante las fiestas, prepárate para probar las discadas –un plato de carne mixta– y chiles pasados con carne o con queso.

Lago Toronto
Si buscas naturaleza, dar un paseo en lancha o probar suerte pescando, dirígete hacia Lago Toronto, que se encuentra a 45 kilómetros de Valle de Zaragoza.

Sus apacibles aguas atraen viajeros que desde muy temprano aprovechan para sumergir los pies si el clima veraniego lo sugiere y en búsqueda de un rico desayuno si la visita se da en invierno.

Alrededor del Lago Toronto, se pueden ver filas de camionetas estacionadas con decenas de niños bajando, pues las familias de los poblados vecinos, aprovechan para organizarse en grande y pasar el día juntos.

Los paseos a caballo, también son una opción para descubrir este hermoso cuerpo de agua situado en la Comunidad de El Tigre. Dependiendo de la experiencia que tengas para cabalgar, algunos de estos ejemplares te permitirán galoparlos, pues conocen el rumbo perfectamente, para que puedas tener un recorrido aún más emocionante.